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Mesa redonda: «Pasado, presente y futuro de la Isla de Tabarca»

Décimo Aniversario de la edición, en 2012, del número 60 de la revista Canelobre, dedicado a la isla alicantina y titulado TABARCA, UTOPÍA Y REALIDAD.
 
Calendario:
Viernes, 16 de septiembre de 2022
19:00 horas
 
Organiza:
Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert
(Casa Bardín, c/ San Fernando 44, Alicante)
 
Intervienen:
  • José Manuel Pérez Burgos. Jefatura Dpto. Patrimonio Integral, Servicio de Cultura. Jefatura Unidad de Tabarca, Servicio de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Alicante.
  • Felio Lozano Quijada. Biólogo marino. Coordinador del Cuerpo de Vigilancia de la Reserva Marina situada en la Isla de Tabarca.
  • Gregorio Canales Martínez. Catedrático de Geografía Humana de la UA. Coordinador Académico de la Cátedra «Arzobispo Loazes» de la UA en Orihuela.
  • Alfonso A. Ramos Esplá. Catedrático de Ciencias del Mar y Biología aplicada de la UA. Miembro del Instituto Universitario del Agua y de las Ciencias Ambientales.
  • Armando Parodi Arróniz. Investigador independiente de temas tabarquinos. Docente colaborador de la Sede Universitaria Ciudad de Alicante.
  • Antonio Ruso Castelló. Presidente Asociación Tabarca Cultural.
Web IAC Juan Gil-Albert:

 
Hemeroteca:
(Información, 27 de diciembre de 2022)

Aspectos geográficos del entorno físico: morfología de la costa de Nueva Tabarca

Artículo de JUAN ANTONIO MARCO MOLINA 
MEDSPAI (Grupo de Investigación sobre Medio, Sociedad y Paisaje).
Departamento de Análisis Geográfico Regional y Geografía Física.
Universidad de Alicante

Publicado en la Revista Canelobre n.º 60, Invierno 2012
Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert 
Aspectos geográficos del entorno físico:
morfología de la costa de Nueva Tabarca


La caracterización del medio físico o entorno físico se puede abordar con una perspectiva global o desde distintos puntos de vista. La primera de las opciones, a pesar de las reducidas dimensiones del área de estudio, requiere de un planteamiento basado en un análisis amplio y muy detallado que, en el estado actual del conocimiento, se antoja inalcanzable. Es por ello que se ha preferido acotar esta aportación a un enfoque específico sobre uno de los aspectos geográficos del entorno físico de Nueva Tabarca que ha suscitado poco interés o, simplemente, ha sido eludido en estudios referidos a la morfología litoral o al modelado costero de territorios más amplios. Ese es el caso de trabajos como los de Rosselló Verger (1978a y 1978b) y Sanjaume Saumell (1985), entre otros; mientras que, Estévez, Renard y Yébenes (2004), hacen unas aportaciones muy interesantes en trabajos en los que lo esencial son los aspectos geológicos.

Fragmento de muralla desde el Puerto Viejo. Foto: Elena Dospital

En esta ocasión, el objetivo principal del presente estudio es analizar y explicar la morfología costera de Nueva Tabarca, cuya descripción se plantea a partir de consideraciones previas relativas al marco estructural, relieve y litología insular. Con todo, conviene partir de cuantificación de las dimensiones de las tierras emergidas analizadas, ya que si bien pueden parecer insignificantes, la consideración en términos relativos, de todos sus elementos, puede resultar suficientemente expresiva de la fisiografía esencial de la isla.

Localización, topografía y toponimia básica de Nueva Tabarca
(Fuente: Elaboración propia a partir de Cartografia BCV05 1:5.000, 2005)

El tercer hito de El Campo

Artículo de ÁNGEL ARTURO LOZANO QUIJADA
Arquitecto técnico. 
Centro de Interpretación "Casa de El Campo". Proyecto Final del Master Oficial en Rehabilitación, mantenimiento y recuperación de edificios. Madrid.

Publicado en la Revista Canelobre n.º 60, Invierno 2012
Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert 
Entre el mar y el cielo, el tercer hito de El Campo:
Una propuesta contra el olvido


Casa de El Campo. Foto: J. F. Garry, 1971

Hoy en día, cuando recorremos los senderos de El Campo, todavía es posible encontrarse con una parte importante de la casa de labor, cortijo o, como la denominaban los habitantes de la isla, la Casa de El Campo; considerada un tercer hito por estar ubicada en medio de dos importantes: el Faro y la Torre de San José. Las causas de su deterioro pueden ser diversas, bien por el cese de su actividad debido a motivos socio-económicos, bien por no recibir la importancia merecida o, simplemente, porque un día dejó de ser útil. Sin embargo, cuando observamos los muros que aún se mantienen en pie, nos abordan las mismas preguntas: ¿cómo sería la casa en sus inicios?, ¿qué función tenía?, ¿quién vivía allí? Es evidente que su actividad cesó y, por tanto, dejó de ser útil para quien la concibió; pero en este proyecto se marca un claro objetivo: conservar un hito histórico y etnográfico de la isla que, aún atrapado en el olvido, en su día fue punto de gran actividad, gracias a su infraestructura y tierras que se cultivaban a su alrededor.

Vista de la fachada sur de la casa

La Tabarca de Miguel Signes

Artículo de RICARDO MATAS PITA 
Licenciado en Filología Hispánica. I.E.S. Jorge Juan. Alicante

Publicado en la Revista Canelobre n.º 60, Invierno 2012
Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert
Desterrados de la vida: La Tabarca de Miguel Signes
Incluido en el artículo Nueve calas literarias y una nota cervantina


Miguel Signes Molinés (1915-1994) será siempre recordado, entre otras causas, por el hecho de que se le atribuyó la responsabilidad de haber escrito la primera novela explícita sobre la Tabarca alicantina.

[Vicente Ramos, en su Literatura alicantina de la posguerra (1940-1965), ya nos presenta a un Miguel Signes con fuerte y clara vocación de literato, apostando por un escritor que desea vivamente mostrar su pasión creativa.

Aunque no es citado por José Bauza en las páginas preliminares —ni seleccionada alguna de sus piezas literarias— de la antología Narradores alicantinos de 1954, sin lugar a dudas, Miguel Signes Molinés pertenece a la nómina de la promoción del horror, grupo generacional alicantino que, asevera Bauza, representa a los autores incluidos en la década de 1950. Su primer título, Luz y Niebla, aparece precisamente en el período al cual Bauza dedica su brillante —por vívida, inteligente y humorística— introducción, propia de quien ha protagonizado los acontecimientos expuestos y posee la memoria veraz y fecunda para relatarlos con una exactitud de rozagante y emotiva, nada lacrimógena, frescura y, aún más, con un distanciamiento crítico que ya le brinda la posibilidad de colocarlos en su justa posición.

Cabe añadir que Signes desarrolló una fructífera carrera como escritor, cubriendo ininterrumpidamente varios géneros literarios (el ensayo, el cuento breve, el relato largo, diversos géneros periodísticos) con una especial atención hacia la novela, tarea que ha sido estudiada en profundidad por Irene Cortés Company en La novelística de Miguel Signes, título al cual remitimos para una completa valoración de la obra de nuestro autor. La propia Irenes Cortés nos dice:
Durante una de las entrevistas que mantuve con Miguel Signes, recuerdo que vino a la conversación el impacto que tuvo la isla sobre él. Miguel Signes opinaba que un escritor tenía la obligación de ser honesto; él mismo se consideraba una persona honesta y por eso reñejó en su novela sus sensaciones sobre la isla. La visitó durante las fiestas patronales de Tabarca. En aquella ocasión conoció a una anciana que jamás había salido de la isla y esta circunstancia le impactó. A pesar de la alegría de las fiestas, no pudo evitar sentir cierto ahogo que le recordó la condición de cárcel que había tenido Tabarca en el pasado. Aquella percepción le hizo imaginar cómo sería la vida en la isla para las personas nacidas y criadas en el lugar, especialmente si no tenían ningún vínculo fuera de Tabarca. Para el escritor sin duda era una clausura a pesar de estar tan cerca de lugares más favorecidos como Santa Pola o Alicante. Esta circunstancia le inspiró la novela Tabarca que escribiría poco tiempo después.
Así mismo, resulta muy útil la lectura de la revista Canelobre 14/15 (1989), la cual versa sobre la cultura alicantina en la década de 1950.]

Fuentes documentales para el conocimiento histórico de Nueva Tabarca

Artículo de SUSANA LLORENS ORTUÑO,
SANTIAGO LINARES ALBERT y AGUSTÍN MEDINA RAMOS
Archivo Municipal de Alicante

Publicado en la Revista Canelobre n.º 60, Invierno 2012
Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert
Fuentes documentales para el conocimiento histórico de Nueva Tabarca


Matrícula de los tabarquinos. 1769. Archivo Municipal de Alicante. A.M.A.

El trabajo que presentamos reúne un conjunto de referencias históricas sobre documentos y bibliografía de Nueva Tabarca localizados en las distintas secciones del Archivo Municipal de Alicante. En ellas se recogen noticias que aportan datos para aquellos investigadores interesados en conocer más sobre la historia de este pequeño archipiélago. Para algunos serán nuevos testimonios, para otros no tanto, pero si hemos pretendido dar una visión más actualizada desde nuestro campo científico a los estudios tabarquinos.

La naturaleza de los fondos documentales existentes sobre Nueva Tabarca en el archivo presenta una variada tipología que comprende cartas, memorias, órdenes, denuncias, edictos, informes, padrones o censos con una amplia cronología y contenidos muy interesantes. Entre los que mencionamos los relacionados con la administración recaudatoria municipal, la infraestructura urbanística o los concernientes a cargos representativos institucionales, quienes delegaban en los alcaldes de barrio y el gobernador de la Plaza Fuerte.

El sueño de Nueva Tabarca

Artículo de JOSÉ MANUEL PÉREZ BURGOS 
Arqueólogo. Director del Museo Nueva Tabarca.
Ayuntamiento de Alicante

Publicado en la Revista Canelobre n.º 60, Invierno 2012
Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert 
El sueño de Nueva Tabarca.
Un anhelo utópico entre el deseo y la realidad


El devenir histórico reciente de una pequeña isla mediterránea situada cercana a la costa española de Alicante, conocida desde finales del siglo XVIII como Nueva Tabarca, la antigua Planesia, Planaria o Isla Plana, es una historia repleta de ambiciones desmedidas, sueños rotos y proyectos incompletos que podrían, sin duda, incluirse en el verdadero terreno de la utopía.

Plano Bahía Santa Pola y Tabarca. José Montojo y Rafael Pardo, 1877

Planesia

La popularmente llamada Isla de Tabarca se trata en realidad de un diminuto archipiélago situado frente a la costa de Santa Pola, de la que dista escasas tres millas náuticas, conformada por una serie de islotes y escollos que lo han hecho un lugar de no muy fácil navegación en sus inmediaciones desde la antigüedad. Efectivamente, los islotes de La Cantera, La Nao y La Galera, junto con Isla Plana, conforman la que oficialmente se llama en la actualidad Nueva Tabarca.

Conocida desde los primeros siglos de nuestra era [Strabón, en su libro III de la obra "Geographia", cita dos islas cercanas a la antigua Dianium: Plumbaria y Planesia, posiblemente en referencia al pequeño islote frente a las costas de Benidorm y a la Isla Plana], los antiguos navegantes focenses masaliotas procedentes de la primigenia Marsella, la bautizaron como "Planesia", nombre que, como pudo documentar en su día el profesor Arpide (González Arpide, 2002: 32), se refiere a la peligrosidad de sus aguas de cara a la navegación, ya que ese término griego etimológicamente significa en realidad "traicionero" o "peligroso". Ya en época romana, la ínsula pasaría a conocerse como "Planaria" que, ahora sí, se refería a la planicie de su pequeño territorio emergido.

Precisamente, es el periodo bajoimperial romano, a partir de la segunda mitad del siglo III d.C., del que se tienen las noticias más antiguas de movimiento de gente en la isla, dato corroborado científicamente a través de la arqueología. En efecto, las intervenciones arqueológicas practicadas en la Isla Plana nos han identificado restos de hábitat, como decimos, desde la tardo antigüedad, los periodos alto y bajo medievales, y por supuesto, los primeros siglos de la Edad Moderna, hasta que se produce la colonización definitiva a finales del XVIII de la que por aquel entonces se conocía como Isla Plana.

La Almadraba de Tabarca

Publicado en la Revista Canelobre n.º 60, Invierno 2012
Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert


La almadraba de Tabarca:

un medio de vida entre la historia y la leyenda


La pesca del atún en Sicilia. Aguafuerte de Jean Pierre Houël (1782).

Si hay algún factor que ha marcado la ocupación, la vida y la evolución de los tabarquinos desde el mismo momento de su llegada a Nueva Tabarca es, sin duda, la pesca, en especial del atún y, en concreto, haciendo uso de artes de pesca masiva como es la almadraba. Prueba de ello es el paralelismo existente entre el número de habitantes de la isla y el volumen de capturas hasta su desaparición, momento en que devino un importante y progresivo descenso demográfico hasta situarse en valores mínimos como los actuales.

La actividad pesquera en la isla Plana procede de muy antiguo. Probablemente ya fuera utilizada por fenicios y romanos como base de pesca del atún, para la obtención del garum, una salsa hecha de vísceras fermentadas de pescado, considerada por los habitantes de la antigua Roma como alimento afrodisíaco, y sólo consumido por las capas altas de la sociedad. Apenas llegados los cautivos redimidos originarios de la Tabarka tunecina, la pesca se convirtió en la actividad más importante, dada la escasez de otros recursos (agricultura, ganadería, caza), siendo la modalidad que más ha caracterizado a Tabarca, la almadraba.


La migración del atún y su importancia económica 

El atún es un pez migratorio, bajo cuyo nombre genérico se engloban varias especies de la familia de los escómbridos: melvas, albacoras, listados, bonitos, patudos y, en menor medida, algunos peces espada, corvinas, bacoretas y lechas. Su captura y salazón se remonta al segundo milenio antes de Cristo. Los fenicios debieron conocer su pesca y la industrialización de ésta en el Extremo Oriente, sobre todo en el Bósforo, y las trasladaron a todo el Mediterráneo. Las referencias más antiguas de su pesca y salazón en las costas españolas se encuentran en fragmentos de los autores griegos de comedias Eupolis (446 a. C.-411 a.C.) y Antífanes (408 a. C.-334 a.C.).

Su importancia económica radica en el total aprovechamiento del atún, incluidas su piel y su espina, razón por la que se le conoce como el «cerdo marino». En la dieta mediterránea, especialmente desde Cartagena a Gandía, desempeñó un importante papel hasta mediado el siglo XX. La carne del atún era dividida en quince partes: mormo, morrillo, tarantelo, faseras, descargado, descargamento (de estas dos últimas se obtiene la mojama), tronco, tonyna de sorra, cola, espineta blanca, tripas (budellet), buche, hueva, recortes y sangatxo. Cada una precisa un tratamiento específico en las chancas o fábricas de salazón.

Atún de 500 kg capturado en almadraba (1952).

TABARCA. Utopía y Realidad (Revista Canelobre n.º 60)

El jueves 13 de diciembre de 2012, fue presentado, multitudinariamente, el número 60 de la Revista Canelobre, que edita el Instituto Alicantino de Cultura "Juan Gil-Albert", con el título TABARCA. UTOPÍA Y REALIDAD, en su sede de la Casa Bardín. En él, he tenido la suerte y el placer de participar con el artículo La almadraba de Tabarca: un medio de vida entre la historia y la leyenda.


Esta publicación, coordinada por José Manuel Pérez Burgos, Director del Museo Nueva Tabarca, Licenciado en Geografía e Historia y especializado en Prehistoria y Arqueología, pretende convertirse en un referente multidisciplinar sobre Nueva Tabarca, su historia, arqueología, geografía, biología, protagonismo en cine y literatura, sus habitantes y su forma de vida, tradiciones, arquitectura, gastronomía, fondos fotográficos...


Incluye más de 450 páginas de artículos originales y documentación gráfica inédita, la reproducción en gran formato de un plano detallado de los fondos de la Reserva Marina, un encarte de fotografías antiguas de la isla, y una copia en DVD de la película Tabarka, de Domingo Rodes, basada en la conocida novela del escritor alicantino Miguel Signes.

Tabarca, Isla de los poetas

Publicado en la Revista Canelobre n.º 60, Invierno 2012
Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert

Incluido en el artículo Nueve calas literarias y una nota cervantina


Salvador Rueda Santos (1857-1933)
(Fondo de Fotografía Histórica de la FEDAC)

Fue el gran poeta modernista Salvador Rueda quien bautizó Isla de los poetas a nuestra alicantina Planesia o Nueva Tabarca, y lo hizo con motivo de su llegada a la misma por primera vez, permaneciendo en ella a instancias del ingeniero Antonio Sanchís Pujalte, si bien el viaje lo realizó por invitación de Gabriel Miró como así lo confesaría glosando su primera conversación con el escritor: Nunca agradeceré bastante a la diosa casualidad haber tenido el honor de conocer en Madrid, en casa de Felipe Trigo, a Gabriel Miró. Lo que corroboraría en otro momento con estas palabras: A instancias de un gran espíritu, el de Gabriel Miró, pluma toda alma y luz, me decidí a conocer Alicante, que hoy es uno de los cultos religiosos de mi corazón.

La circunstancia determinante de la amistad entre los dos escritores fue el homenaje que el 15 de febrero de 1908 se rindió en Madrid a Miró por haber conseguido su novela Nómada el premio de El Cuento Semanal, fallado por un jurado compuesto por Ramón María del Valle Inclán, Pío Baroja y Felipe Trigo. El alicantinismo brotó en su sensibilidad al escuchar las encendidas palabras de Gabriel Miró durante esa primera entrevista que ambos sostuvieron en casa de Felipe Trigo.

Casa Museo de Salvador Rueda en Benaque, Málaga (SOPDE)