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Proyecto «Tabarca Island»

El 11 de enero de 1962, D. Federico Trías de Bes Recolóns, en nombre y representación de la Compañía Mercantil «Tabarca Island, S. A.», que estaba domiciliada en Madrid, en la calle de Serrano n.º 77, en su calidad de Secretario del Consejo de Administración, exponía ante el Excmo. Ayuntamiento de Alicante:
1º. Que la Compañía Mercantil citada tiene suscrito con fecha 4 de Mayo de 1961 contrato de opción de compra para la adquisición de una parte de la Isla conocida con el nombre de Plana de Nueva Tabarca, integrada en el municipio de Alicante. La descripción de la parte que se adquiere es la siguiente: "un campo de tierra secana, de veintitrés hectáreas, ochenta y dos áreas y siete centiáreas, situada en la Isla de Tabarca del término de Alicante, lindante por el Norte, Este y Sur con orilla del mar; y por el Oeste, con el cementerio de dicha isla de Tabarca y con tierras del Ayuntamiento de Alicante".
También es objeto de esta opción una finca sita dentro del núcleo urbano, cuya descripción es la siguiente: "un trozo de tierra inculto comprensivo de dos mil setecientos setenta metros cuadrados, situados en la isla de Tabarca, término de esta Ciudad, lindante por el Norte, con casa de D. Constantino Bañón, D. Guillermo López y D. José Papí; por el Sur, Este y Oeste, con murallas".
2º. Que las escrituras y de­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­más documentos pertinentes para que "Tabarca Island, S. A." sea plena y públicamente titular del derecho de dominio sobre tales fincas, se otorgarán de acuerdo con la vendedora Doña Josefa Manzanaro Cardona, en la primera quincena del próximo mes de Febrero.
[…] 4º. Que la Sociedad que representa tiene la finalidad de llevar a cabo un planeamiento urbanístico total de la Isla, para dotarla no solamente de las necesarias instalaciones (tales como agua, electricidad, etc.) que la vida moderna exige para un normal y adecuado régimen de vida y saneamiento de la población, sino también restaurar y conservar los elementos de interés artístico e histórico existentes, reconstruyendo y realizando el proyecto existente de fecha mil setecientos setenta obra del Ingeniero Militar D. Fernando Méndez, […].
Se adjuntaba al escrito un plano de carácter general y provisional para complementar gráficamente el objeto del planeamiento urbanístico que se pretendía llevar a cabo.

Expediente «Tabarca Island» (Archivo Municipal de Alicante)

El 8 de febrero, el Arquitecto Municipal, «examinada la instancia presentada y el plano de Plan Parcial de Ordenación de la Isla Alicantina de "Nueva Tabarca", considera que no hay inconveniente alguno en que el Excmo. Ayuntamiento de Alicante, pueda otorgar a la Entidad Mercantil referida, la autorización previa».

Del mismo modo, el 28 de febrero, el Letrado Consistorial, evaluando el informe que por el Alcalde le había sido interesado, «nada puede oponerse en sentir del informante a que por S.E. sea concedida a la mercantil de referencia la autorización previa por la misma solicitada […] a fin de que por los Organismos públicos le sean facilitados cuantos elementos informativos precisare para llevar a cabo la redacción del correspondiente Plan y Proyecto».

La Comisión de Urbanismo, reunida en el día 14 de marzo, previa convocatoria, «se permite proponer a V.E. la adopción de los acuerdos siguentes:
  1. Autorizar a la Mercantil "Tabarca Island S.A." para que estudie la formación de un Plan municipal o comarcal para la urbanización de la Isla de Tabarca, como autorización previa […], pero concediendo a dicha Empresa un plazo máximo de cuatro meses para presentar el referido Plan y proyecto.
  2. Ordenar a los Servicios Técnicos Municipales que faciliten a "Tabarca Island S.A." cuantos elementos informativos precisare para llevar a cabo la redacción del correspondiente Plan y Proyecto, que deberá contener los extremos, documentos, planos, memorias, datos, esquemas, Ordenanzas, garantías, compromisos y medios económicos […].
  3. […] suspensión por un año del otorgamiento de licencias de parcelación de terrenos y edificación, en los sectores comprendidos en el perímetro de la Isla de Tabarca, con el fin de estudiar el Plan de Ordenación de la misma que ha sido solicitado, […]».

Mapa adjunto al Expediente «Tabarca Island» (AMA)

Por todo ello, el día 2 de abril, D. Santiago Peña Carrascosa, Abogado y Secretario General del Excmo. Ayuntamiento de Alicante, certificaba que, según resultaba del Borrador del Acta correspondiente a la sesión ordinaria celebrada el día 31 de marzo, «el Excmo. Ayuntamiento Pleno constituido en la presente sesión por la mayoría absoluta del número de miembros que con el señor Alcalde lo integran de hecho y de derecho en la actualidad, previa la consiguiente deliberación y conformándose en lo sustancial con lo dictaminado y propuesto por la Comisión Municipal de Urbanismo, adoptó por unanimidad los acuerdos siguientes:
Primero.- Conceder a la Mercantil "Tabarca Island S.A." la previa autorización que solicita para el estudio y formación de un Plan Municipal y Proyecto de Urbanización de la total superficie de la Isla de Tabarca, […].
Segundo.- […] ordenar a los Servicios Técnicos Municipales faciliten a la Mercantil "Tabarca Island S.A.", cuantos elementos informativos precise […]».
A lo que siguió, con fecha 24 de abril, el correspondiente Decreto, al que se sucedieron varios recursos, solicitando los firmantes poder realizar el mismo tipo de ordenamiento urbanístico desde la vigente propiedad de terrenos anexos, como particulares.

Leyenda del mapa adjunto al Expediente «Tabarca Island» (AMA)

El documento fechado 13 de junio de 1962, echaba atrás las pretensiones de los particulares firmantes sin que, a tenor de que el asunto quedaría en vía muerta a partir de entonces, supusiera nada definitivo al respecto, ya que, en definitiva, nunca se ejecutaría tal proyecto, a pesar de las resoluciones en contra de los particulares y a favor de la mercantil, que emitiría el Ayuntamiento de Alicante.
Expediente instado por Don Federico Trías de Bes Recolóns, en nombre de "Tabarca Island, S.A." solicitando autorización previa para llevar a cabo los estudios necesarios al planteamiento urbanístico en la Isla de Tabarca, en trámite de resolver los recursos de reposición interpuestos por Doña Salud Aldeguer Manzanaro, Don Tomás Aldeguer Lloret, Don Ricardo Bonmatí Abad en nombre de Don Alejandro Mahíquez Sánchez, Don Vicente Blasco Tortosa y Don Germán Schlüter Darés, contra acuerdo del Excmo. Ayuntamiento Pleno de fecha 31 de Marzo último.
[…] La Comisión Municipal Permanente constituida en la presente sesión, […] por unanimidad, acuerdan desestimar por improcedentes los recursos de reposición deducidos […], toda vez que tanto la resolución como todo lo actuado administrativamente en el expediente de donde ella dimana, está perfectamente ajustado a derecho, sin que por tal motivo haya sido cometida infracción alguna de los preceptos legales que rigen la materia, ni pueda hablarse tampoco de que la Excma. Corporación Municipal ha ejercido de la potestad administrativa para fines distintos de los fijados por el Ordenamiento Jurídico, que es lo que constituye la supuesta derivación de poder a que se alude por los recurrentes.
A pesar de ello, la noticia seguiría coleando durante meses, tal como se comprueba en la página completa que le dedicaba el Diario Información de 3 de febrero de 1963, con fotografía de pésima calidad incluida, en las «Páginas alicantinas del domingo»:



En enero del pasado año —ya lo dijo Información en una de sus reseñas municipales—, se presentó al Ayuntamiento una instancia por la que se solicitaba autorización para hacer un estudio completo de la isla de Tabarca y llevar a cabo un planeamiento urbanístico total en el que respetándose las características que presidieron el proyecto formulado en 1763 por el ingeniero don Fernando Méndez por encargo especial del rey Carlos III y cuya ejecución parcial permitió alojar a las 590 familias rescatadas del Bey de Túnez aquel año, se completara el citado proyecto, se dotara a la isla de los modernos adelantos que nos permiten a todos vivir con mayores comodidades en cualquier ciudad y a la vez se crease una zona turística y deportiva al margen del recinto urbano que pudiera constituir un centro de atracción del turismo, de primera categoría.
Como base operatoria, se alegaba en aquel escrito por la empresa que presentaba la instancia, que desde el año anterior tenía suscrita con determinado propietario una opción de compra de terrenos que representaban una extensión superficial equivalente a más de las dos terceras partes de la de la totalidad de la isla.
El Ayuntamiento, lo dijimos también, estimó que no comprometiéndose a nada no había inconveniente en que se hicieran cuantos estudios se desearan, y bajo ese concepto concedió la autorización deseada.
Desde entonces, las cosas que parecían tan llanas se han fruncido un poco. Aunque el dinero no huele, se huele a la legua y la opción de compra parece que perdió virtud ante ofertas más enjundiosas; nuevos elementos se hicieron visibles en el asunto hasta el extremo de llevar al Ayuntamiento a lo Contencioso por haber permitido el solicitado estudio. Pequeño mar de fondo en el que los intereses juegan sus estrategias, mientras la isla contempla cómo tras tantos años de vivir como un modesto remanso, se va convirtiendo en objeto de deseos y aspiraciones.
EL PROYECTO, ULTIMADO
Así las cosas, la empresa que solicitó la autorización terminó sus estudios, formuló un plan y lo tiene presentado en el Ayuntamiento con el deseo expuesto por escrito de que este lo apruebe para comenzar su rápida realización.
En él se trata de la inversión de más de 240 millones de pesetas en poner la isla al día, completando el plan de edificaciones de dos siglos, reparando la muralla, pavimentando las calles poco más o menos como en el Alicante peninsular, pero sin baches, construyendo una red de saneamiento, llevando agua, luz eléctrica, teléfono, etcétera, estableciendo modernos medios de contacto con la ciudad en cuyo municipio está incluida y creando una zona deportivo-recreativa de gran estilo pero sin edificios neoyorquinescos que rompan la perspectiva de un lugar hecho para el descanso y goce del clima fuera del mundanal ruido.
EL VECINDARIO TABARQUINO
Con independencia de lo bello y sugestivo que pueda tener tanto en el orden urbanístico como en el económico y de captación del gran turismo, al informador le interesa más que nada, saber en qué condiciones iba a quedar el vecindario tabarquino. Las poblaciones que han nacido al turismo, Benidorm por ejemplo, han creado sus zonas turísticas al margen del primitivo poblado y han sido sus habitantes los que ante la alegría dineraria de que daba muestras la ciudad residencial que llevaba su propio nombre, se decidieron a poner sus viviendas en orden de recibir el maná crematístico veraniego. Pero es que a fuerza de litoral, Benidorm sigue, con distintos nombres, hasta la frontera francesa dentro de España y al turismo no le era imprescindible el poblado.
Tabarca, por el contrario, no puede crecer y dentro de su recinto se ha de desarrollar todo. De ahí la preocupación por un vecindario cuyos derechos a seguir viviendo en la isla nacieron en el momento en que Carlos III alojó a sus tatarabuelos dándoles casa, que es lo único que se daba entonces.
NO INTERESA QUE SE VAYA
Aprovechando la presencia en Alicante, de personas vinculadas a la empresa que ha formulado el plan de urbanización de la isla, nos hemos entrevistado con una de ellas, que amablemente se ha brindado a ser nuestro «cicerone» en el recorrido por los planos y a la que nuestra primera pregunta ha sido esta:
—¿Qué le va a pasar al vecindario con esa urbanización? ¿Va a tener que irse?
—Todo lo contrario. Va a tener que quedarse. Al menos, ese es el propósito, el deseo y hasta la conveniencia de la empresa.
—Si me lo explica usted, lo entenderé mejor.
—Bien sencillo. En el orden personal, el vecindario ha de encontrarse más a gusto, porque se le dota de todos los adelantos y comodidades de que hasta ahora ha venido careciendo. En el económico, se le brinda la oportunidad de sacar un producto a sus viviendas, mejorándolas. En el profesional, exclusivamente centrada hoy día en la pesca, tiene al consumidor al alcance de la mano; y finalmente puede beneficiarse incluso, prestando su colaboración en los servicios que se establezcan.
Nuestros intereses, le hablo como empresa —sigue diciendo—, coinciden con los de los tabarquinos especialmente en las tres últimas características, tanto por lo que supone mayor capacidad de clientela, como por las mayores facilidades de abastecimiento, como por no tener que llevar a la isla todo el personal necesario para atender a las instalaciones, hecho que se produciría irremisiblemente si los vecinos se marcharan de Tabarca. Hay otra razón de orden psicológico, que tiene también su importancia; al turista le encanta departir con la gente del país, enterarse de sus costumbres y conocer esas mil pequeñas cosas que caracterizan el tipismo local. Si se marcharan los tabarquinos, tendríamos que hacer otros de artesanía, a los que en seguida se les vería el plumero.
Fotografía publicada en el Diario Información del 3 de febrero de 1963 (AMA)
SUFICIENTE ESPACIO
—Pero la isla no puede ser más grande de lo que es.
—Efectivamente. Pero si lo que usted quiere decir es que nos pueden molestar las edificaciones existentes en su condición de no nuestras, no es conflicto. En la zona de poblado de la isla (la parte más cercana a Santa Pola), queda terreno suficiente para edificar las viviendas necesarias para alojamiento del número de turistas sobre el que se ha hecho el estudio económico. Para nosotros, lo ideal sería que los propietarios de ellos se decidieran a construirlas; pero, en el caso de que no lo hicieran, naturalmente habría que ir a su adquisición por los medios legales establecidos, para suplir esa no colaboración.
INSTALACIONES
Estamos ya recorriendo la isla en el plano. En él se señalan los solares que pese a los propósitos de Carlos III quedaron mondos y lirondos y que aún siguen tomando el sol. Sobre ellos hay que construir las viviendas para los 800 turistas que alternativamente han de constituir la población flotante. Y en esa zona residencial se señalan, en la parte que mira a Alicante, dos playas, un club de yates y una zona para estos; en la que no vemos desde aquí, una piscina natural y una playa que se extiende por la franja estrecha que une las dos partes de la isla. En esta franja, la del puerto, se instalará lo que se llama el centro cívico, complementario de los servicios de las comunicaciones marítimas y demás correspondientes al aspecto comercial y de abastecimiento.
Y en la zona deportivo-recreativa, se acumulan todos los alicientes que, a más del buen clima, se ofrecen al turismo: Pesca submarina, palmeral, restaurante, boleras, frontón, baloncesto, tenis, jardín exótico, cuadras, mini-golf, esquí acuático y otras diversas instalaciones, entre las que figura un helipuerto, ya que la vía aérea cuenta en los proyectos de comunicaciones con tierra firme.
SERVICIOS
Una tubería submarina conectada con la conducción general de aguas del Taibilla, es la solución que figura en el plan para terminar de una con la ausencia total de agua potable en la isla. La instalación de alumbrado eléctrico, tanto público como particular, será alimentada por grupos generadores, por cable conectado con la red general alicantina, o por ambos medios a la vez, compensándose así las eventualidades que pudieran entorpecer la continuidad de un suministro que tiene tan destacada importancia.
El contacto marítimo con el puerto alicantino, sería establecido por una flotilla de embarcaciones adecuadas. Y a los anteriores servicios, se une la instalación de teléfonos, Correos, sucursales bancarias y demás que constituyan la continuación de la vida ciudadana en un trozo aislado de ella.
Y, como característica importante del plan presentado, nuestro interlocutor nos señala el hecho de que la máxima altura de las edificaciones no ha de rebasar los diez metros y que por lo tanto las instalaciones de cualquier clase, incluso las que puedan tener el carácter de hoteleras, se han de desarrollar en sentido horizontal.
Lo que no deja de ser un alarde.
Será casualidad o no, pero, en Santa Pola, en estas fechas y según este mismo diario, se barajaba la posibilidad de instalar un teleférico desde el cabo de Santa Pola hasta la isla. Pero el asunto quedó, igualmente, en agua de borrajas. «Tabarca Island», afortunadamente, pasó a ser un proyecto fallido.

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