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El legado de lo efímero:
Melchor Aracil Gallego

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Melchor Aracil Gallego (Alicante, 1906 - 1966)
5 años en activo
5 fogueres plantadas
1 primer premio


Tras los estudios primarios, llevó a cabo la carrera de Comercio, obteniendo el título de Perito Mercantil en 1923. Pero, al cabo de siete años, se despertó su afición al dibujo, y su vocación hacia la pintura se hizo cada vez más sentida, marchando a Madrid para visitar museos e impregnarse de los grandes maestros de la pintura española, practicando a renglón seguido el dibujo y la pintura de una forma autodidacta, ya que jamás tuvo profesor ni academia alguna. Sin embargo, sus obras se cuentan por centenares, ya que sería proveedor de las casas comerciales del ramo en Alicante.

De regreso a su ciudad natal, se hace socio del Ateneo, y fueron estos los momentos en los que el pintor se fue afianzando en su creación, obteniendo un gratificante Primer Premio en la Exposición de Artistas Noveles, organizada por dicha entidad, por un retrato que le realizó a su hermano. Tuvo su primer estudio en la concurrida calle Labradores, donde se realizaban tertulias entre varios artistas, presentes y futuros, manteniendo una estrecha amistad con Manuel Albert, con quien realizó tapices con piezas de tela. En 1944 consigue la Tercera Medalla en el concurso convocado por la Excma. Diputación Provincial de Alicante. Realizó importantes exposiciones propias, entre las que destacan: en 1944, en el Ayuntamiento de Alicante; en 1957, en la Peña Madridista de Elche; y 1958, en la Caja de Ahorros del Sureste de España. Participó igualmente en varias colectivas.

Su paso por Les Fogueres fue breve, pero dejó huella, destacado en su labor como pintor y dibujante, vinculado a la Fiesta en sus años iniciales. Pese a su carácter esporádico, brilló en su doble faceta como artista de fogueres y como cartelista, legando en esta segunda vertiente uno de sus diseños más inolvidables. En 1931 inicia su escueta producción foguerera, que se desarrollaría hasta 1936, con una aportación a una obra colectiva en 1944. Nunca haría más de una foguera por ejercicio festero. Probablemente, su obra más destacada fue la realizada en colaboración con el también pintor Manuel González Santana, en 1935, Nostra festa no pot morir (Mercado Central), aunque solo alcanzara el Tercer Premio de Categoría A, un diseño plenamente enmarcado en la estética al uso, con preponderancia de superficies planas decorativas y respeto a la simetría arquitectónica. Fue su mayor logro El barrio gitano de Alicante (San Antón Alto 1936), Primer Premio de Categoría B, especialmente por el tratamiento crítico de un tema de gran interés social, como es la raza gitana, y por lo demostrativa de las inquietudes del artista, que le llevaron a una lucha activa en la propaganda republicana, para la que crearía infinidad de dibujos y diseños.

Precisamente en 1936, fue cuando Aracil ganaría el concurso para el Cartel Oficial de Fogueres, ofreciendo un diseño entrañable, de trazos fuertes, elegantes, sencillos, dotados de una gran identificación festera, quedando como una de las muestras más representativas de esta vertiente, de tal modo que, cincuenta y un años después, se daría la excepcional y única circunstancia de que serviría de nuevo como reclamo anunciador de Les Fogueres 1987, al declararse desierto el premio del certamen de dicho año.


Tras la contienda nacional fue encarcelado, y la vinculación de Melchor Aracil con Les Fogueres se limitará a ser uno de los artistas colaboradores en la realización de la célebre foguera colectiva ¡Cuidado con nuestro barrio! (Plaza del Puente 1944), Tercer Premio de Categoría B, demostrando su estrecha relación con el entorno plástico alicantino de la época.

Sus pinturas, incluidas las incorporadas en sus fogueres, eran obras de síntesis, casi muralísticas, limpias y luminosas, de excelente factura. El artista y profesor de la Universidad de Alicante, José Piqueras, lo definiría como «acuarelista fluido, notable dibujante, pintor culto, valioso artista sin fortuna», y familiarmente se le hacía referencia como «el silencioso y franciscano Melchoret», de espíritu un tanto bohemio, que no le deparó mucha suerte y tuvo que pasar distintas calamidades, especialmente en su estancia en Barcelona, de donde regresó para fallecer en su ciudad natal, a los sesenta años.

Este es su legado foguerer:

1931 BARRIO SAN FERNANDO - «El triunfo del séptim art», cuya estrella del remate tenía luz.


1934 FEDERACIÓN UNIVERSITARIA ESCOLAR (FUE) - «Homenaje a Orán», plantada en la plaza de Canalejas.


1935 MERCADO CENTRAL - «Nostra festa no pot morir» (con Manuel González Santana), 3.er Premio de Categoría A.


1936 SAN ANTÓN ALTO - «El barrio gitano de Alicante», 1.er Premio de Categoría B.


1944 PLAZA DEL PUENTE - «¡Cuidado con nuestro barrio!» (colectiva, con Emilio Varela, Gastón Castelló, Daniel Bañuls, Miguel Abad Miró, Adrián Carrillo, José Gutiérrez y Manuel Albert), 3.er Premio de Categoría B.


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