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Bellea, Belleza, Reina, Bellesa... del Foc

Basado en el artículo publicado en la Revista Oficial de Fogueres 2002

El título de la máxima representación femenina de les Fogueres de Sant Joan, así como el sistema de su elección son, con toda seguridad, unos de los temas más llamativos y controvertidos de nuestra fiesta, un título que en 2012 cumplió ochenta años. Desde su instauración en 1932, han sido y son caballos de batalla de los que más hacen correr ríos de tinta y que más debate generan en el transcurso del ejercicio de les Fogueres de Sant Joan.

Tomemos como punto de partida la Memoria Anual de la Comisión Gestora correspondiente al ejercicio 1957-58. En ella, en el capítulo «Festival Elección Bellea del Foc», se hacía evidente, por primera vez, la inquietud que había desde años anteriores, prácticamente desde la reanudación de la actividad festera tras el paréntesis de la contienda nacional, hacia el tema de la denominación oficial de la representante de la Fiesta de les Fogueres. Se expresaba en estos términos:
Hora es ya de tomar decisiones terminantes sobre esto. Ya el pasado año decíamos, en la «Memoria» de la labor efectuada, que era deseo de la Gestora el renovar completamente el Festival de Elección, buscando un marco de más alcurnia para el mismo. Presentación ante las Autoridades, sustituir el nombre de «Bellea», poco apropiado, por el de «Reina» de las Hogueras...
Del mismo modo, en el punto «Presencia y rango de la mujer alicantina en la Fiesta», apuntaba la conveniencia de una reforma total en la materia.

Amparito Quereda Bernabeu, primera Bellesa del Foc (1932)

En la siguiente Memoria Anual, la del ejercicio 1958-59, en su apartado «Cambio de denominación en la representación femenina. Bosquejo histórico», se seguía abundando en el tema. Se hacía una pequeña reseña histórica, contando ésta que, en el año 1932, el periodista, escritor y político segoviano de nacimiento y alicantino de adopción, Mario Guillén Salaya, propuso a la Comisión Gestora organizar un «concurso de belleza» para elegir a Miss Foguera. Ese título de Miss fue desechado inmediatamente por tratarse de un vocablo extranjero y, tras muchas deliberaciones, se escogió el de Bellea del Foc. Como premio para la misma se dispuso de «dos trajes, de corte y calle, sombreros, zapatos, ropa interior; abanicos, guantes, adornos, etc.», todo proporcionado por el comercio.

Comisión de la Foguera de la calle Quiroga 1932, compuesta sólo por mujeres.
Todavía no existían las belleses de distrito

La Elección 

Los actos de Elección se encomendaron al propio Guillén Salaya, bajo la supervisión del entonces presidente de la Comisión Gestora, José Ferrándiz Torremocha. Pero, faltando muy pocos días, declinó esa responsabilidad y abandonó el cargo, quedando en manos de la Gestora su organización.

El concurso fue convocado mediante anuncio en la prensa local del día 20 de abril de 1932, ya que hasta el año siguiente no se designarían como tales las belleas o bellezas por los respectivos distritos foguerers. Por esta razón, es un error reiterado la asignación que algunos autores hacen de la primera Bellea del Foc al distrito de Benalúa, ya que la primera elegida, Amparo Quereda Bernabéu, no sólo no fue proclamada Belleza de esa foguera, sino que además ni siquiera vivía en el barrio. Podían elegir libremente el tipo de vestido a llevar, y debían comprometerse a desfilar en la pasarela las veces que el Jurado considerara necesario.

El primer Jurado, reunido en los salones del Ayuntamiento, estaba compuesto por los concejales José M.ª Pérez Ayala y Mario Guillén Salaya, los pintores Gastón Castelló Bravo y Emilio Varela Isabel, el escultor Daniel Bañuls Martínez, los periodistas José Coloma Pellicer (director de El Tio Cuc) y Emilio Costa Tomás (director del Diario de Alicante), el fotógrafo Ángel Custodio, y el secretario de la Comisión Gestora, Rafael Ferrándiz Navarro, que actuó como tal en dicho Jurado. Pues bien, aunque parezca mentira, ya en esta primera ocasión hubo protestas por parte del público, siendo en especial blanco de las mismas los pintores Castelló y Varela, y el escultor Bañuls.

9 de abril de 1933. Almuerzo en honor a la Bellesa del Foc,
celebrado en el Castillo de San Fernando

El 22 de junio de 1933, en el transcurso de una fiesta popular en la Plaza de Toros, se estrenaba el himno La Bellea del Foc, original de Luis Torregrosa García y letra de José Ferrándiz Torremocha, los mismos autores del himno Les Fogueres de San Chuan, en cuya partitura original figura la siguiente dedicatoria a Carmen Hernández Flores, Bellea del Foc de 1933: «A la encendida hermosura de Carmencita Hernández Flores, la morena Bellea del Foc que nos ha inspirado este Himno».

En años sucesivos, el marco estrella de la Elección sería el hoy desaparecido Monumental-Salón Moderno, salvo algunas excepciones, y el Jurado se vería formado fundamentalmente por los Foguerers Machors de cada foguera, así como de grandes personalidades de la sociedad, no sólo alicantina, sino también nacional: Carlos Arniches, Fernando Luca de Tena, Ramón Gómez de la Serna, Manuel Azaña, Indalecio Prieto, Rafael Altamira... Tal vez por aquello de la notoriedad de sus componentes, las protestas al Jurado se hicieron más raras, al menos de una forma tan evidente.

Bellesa de la Foguera de Orán 1933

Con el tiempo se llegó al convencimiento de que se trataba de algo de mucha más categoría. No era un tributo a la belleza lo que se deseaba, sino un homenaje a la mujer y, al dejar de ser un festejo local para tener trascendencia fuera de tierras alicantinas, ciertos hechos no quedaron muy bien parados, hasta llegar a la necesidad de falsear la elección para mejorar la preparación de la representación alicantina.

El momento oportuno para la renovación del sistema pudo haber sido la reanudación, en 1940, de las actividades festeras. Tomás Valcárcel Deza, delegado artístico de la Gestora presidida por Ramón Guilabert Davó, suprimió el odioso concurso y lo transformó en un espectáculo con un sello marcadamente alicantinista y folklórico: el Festival de Elección de la Bellea del Foc, aunque habría que decir que, aunque el régimen franquista abogó por utilizar el correcto castellano de Belleza del Fuego, lo que consiguió en otras denominaciones festeras, especialmente en los contenidos de los llibrets, no lo logró con el vocablo Bellea, tan arraigado.

Bellesa y sus Donselles d'Honor 1933 de la Foguera Santa Isabel

Pero para «mayor equidad», se pensó en dar entrada en el Jurado... ¡a los presidentes de las comisiones! El concurso persistía. Ahora los votos no había que pedírselos a unos cuantos señores que antes formaban el Jurado, sino a treinta o cuarenta votantes. No se tuvo en cuenta el ridículo que pasaban la mayor parte de las chicas ante las discusiones entre los presidentes, y esto hacía que cada vez se retrajesen más, hasta llegar al problema real de las negativas continuas: de la escasez de belleas.

La Gestora de nuevo tuvo la necesidad de «preparar» las elecciones, en bien de aquellas muchachas que desinteresadamente acudían. No falseándolas, puesto que se hacían ante el público, pero sí poniéndose de acuerdo en cuanto a la señorita que había que votar, asegurando así la elección de determinada joven, que dejara el nombre de la mujer alicantina donde sin duda merecía. Muy emocionante ante los ojos de los asistentes, pero falso. Hasta las propias comisiones dejaron de hacer sus primitivos concursos en los barrios, para llegar al sencillo acto de la Presentación al Distrito de la chica designada. Las palabras «falsedad», «injusticia» y otras por el estilo, eran el apoteósico final de las elecciones.

Belleses 1933

En el Pleno del 15 de enero de 1959, se propuso, por fin, un cambio de denominación. Había que desterrar todo aquello que pudiese recordar el primitivo concurso de belleza y, por ello, se estimó que el nombre Bellea debería ser sustituido por otro. En un Pleno anterior, del 22 de octubre de 1958, este tema se sometió a votación, resultando diecisiete votos a favor de cambiar la denominación, por ocho en contra y dos abstenciones, sugiriendo la Gestora que cada comisión le enviara una carta en la que propusiera la denominación que, a su forma de ver, era la más adecuada. Recibidas seis propuestas distintas, fue nombrada la subcomisión de organización encargada de proponer el nuevo nombre a la autoridad municipal. Por fin, en reunión con la Comisión Gestora, entonces encabezada por Gastón Castelló Bravo, que también actuaba como delegado artístico, en la Casa del Foguerer, el día 23 de enero, se llegó a la siguiente conclusión: se denominarían Festeras a las señoritas elegidas en los distritos, y Reina del Foc a la designada como máxima representante de Les Fogueres. Pero la cosa no terminó ahí...

Carmen Hernández Flores, Bellesa del Foc 1933

La anteriormente citada Memoria 1958-59 también comentaba, en el apartado «Cambio de sistema» que, como complemento de lo anterior, la Comisión Gestora se reunió el 6 de marzo con los señores Arecio Gómez Padilla, Pedro Carbonell Zaragoza y José García Sellés, presidente, vicepresidente y secretario de la Comisión Municipal de Fiestas, respectivamente, y acordaron que se efectuaría una recepción en el Palacio Municipal a todas las señoritas acompañadas por sus presidentes, para ser presentadas a las autoridades provinciales y municipales, así como a los representantes de la prensa. Tras la recepción, el señor alcalde haría pública su designación de la Reina del Foc y su Corte de Honor, en número de cuatro o seis, y unas fechas después se celebraría un acto público en el Teatro Principal, cuya cesión gratuita gestionaría el Ayuntamiento, organizado por la Comisión Gestora para hacer la presentación de las mismas.

Representantes de la Foguera General Villacampa 1934

Entregado el 10 de marzo el proyecto al alcalde Agatángelo Soler Llorca, a la sazón presidente nato de la Comisión Gestora, éste mostró su acuerdo total con la resolución propuesta. El alcalde comunicaría los nombres de las cinco señoritas designadas a la Comisión Gestora, mientras sendos motoristas de la Policía Municipal llevaban a sus respectivos domicilios los nombramientos firmados por el primer edil. Al día del acto de presentación de las mismas se le denominaría Día del Foguerer, en el transcurso del cual se desarrollaría una comida de hermandad, una corrida de toros y un baile en la Lonja. Además, el alcalde subvencionaría los trajes de las chicas elegidas. 

Ante el Festival de Presentación de las señoritas asignadas, hubo grandes dudas iniciales de su éxito, pues algunas comisiones, contrarias al cambio, mostraban su descontento reiteradamente. Pero fueron las que habitualmente llenaban la localidad barata, para gritar animando a lo suyo y abucheando al contrario, las que no hicieron acto de presencia, llenándose por contra el Teatro como jamás lo había hecho en un acto de esta índole. Mientras, tras el espectáculo, las discusiones y las desavenencias entre las comisiones en la calle se desvanecieron. El disgusto que siempre había seguido a la votación había desaparecido.

Comisión de la Foguera de Madrid 1934

Pero en tan sólo dos años, con la llegada a la presidencia de la Gestora de Tomás Valcárcel, que asumiría igualmente la delegación artística, volvería la denominación Bellea del Foc, de forma ya inamovible hasta nuestros días, aunque con los matices que luego veremos. La Fiesta, por lo tanto, sólo conocería dos reinados: 1959 y 1960. La razón estuvo, según se recoge en el Acta del Pleno del 21 de abril de 1961, en su capítulo de «Ruegos y preguntas», en la intervención de varios de los presidentes asistentes abogando por la escasa acogida que la denominación Reina tenía entre los foguerers, y en la persistencia en la calle del uso del apelativo Bellea. Uno de ellos decía, por ejemplo, que el título Bellea del Foc «es muy nuestro, como Fallera Mayor es de Valencia y Gayatera de Castellón»; otro dio lectura a una carta de José Ferrándiz Torremocha, en la que se decía «que no debió (el Pleno) quitar el nombre de Bellea del Foc»; también se comentó que «el nombre de Bellea no era para indicar la belleza de la mujer, sino la belleza de la Fiesta representada por la mujer». Al final, en una votación, donde también se eligió cambiar la denominación de Elección por la de Proclamación, algo obvio por otra parte, la denominación Reina del Foc obtuvo nueve votos, frente a los trece que tuvo Bellea del Foc, con atención al texto cuatro abstenciones y cinco «que no votaron» (?). Se llevó la propuesta, como era preceptivo, al alcalde que, al ser una proposición derivada de una votación en el Pleno, la aprobó.

1934. Llegada del barco de Orán con la representación festera

Llegando a 1965, dos años antes de que se institucionalizara el traje de novia alicantina, ideado por Valcárcel desde que tomara las riendas de los Festivales de Elección, y que desde los primeros años cincuenta poco a poco iba haciéndose habitual, retornaría el antiguo sistema de elección por votación popular, lo que ya ese mismo año agotaría rápidamente el taquillaje del Teatro Principal. La propuesta surgió en el Pleno del 13 de octubre de 1964, «por considerarlo más popular, más interesante y que se amolda mejor a la idiosincrasia de la Fiesta». Trasladada al alcalde, éste la aceptó igualmente. Las papeletas de votación de autoridades y comisiones se iban reflejando públicamente en cuatro grandes pizarras conforme se leían, entre los grandes aplausos y los gritos de entusiasmo de los «hinchas fogueriles». Los empates entre las Damas de Honor, que en más de una ocasión se dieron, se resolvían mediante una «mano inocente».

Paquita Santos Albadalejo, Bellesa del Foc 1934

Más adelante volvieron a complicarse las cosas. Se dio también posibilidad de votación a los medios de comunicación y, en 1971, si siempre el intercambio de votos, criticado y repudiado por los propios presidentes, estaba en boca de todos, se agravó con una nueva modalidad de cambalache: la compra del voto. Así, las comisiones económicamente débiles, o «más de barrio», sucumbían ante las del centro de la ciudad. Otra vez los pucherazos anunciados se sucedían año tras año, pero sin que nadie tuviera la voluntad de ponerles freno, lo que hastió al público asistente hasta tal punto que sólo unos tímidos silbidos de protesta precedían a un silencio sepulcral en el acto de la Proclamación, acto que no se separaría del de Elección hasta 1981. Eran elecciones descafeinadas y faltas de ilusión... salvo para unos pocos, claro.

Angelita Ramírez López, Bellesa del Foc 1935

Un año antes de esa separación de actos, en 1980, año de transición, ya que Tomás Valcárcel dejaba la presidencia de la Gestora y le sucedía Jacinto Masanet Gomis, fue Pepe Espadero, nuestro genial artista y coreógrafo, recién nombrado delegado artístico, el que estableció que el traje de novia alicantina sólo fuera exhibido por las Belleas y Damas de Honor, quedando para las comisionadas el llamado «de labradora». Pero su magnífico espectáculo en el Palacio Municipal de Deportes, con guión de Luis Amat Vidal, se vio mermado en esplendidez por un final desastroso. A pesar de que se introdujeron modificaciones en el sistema de votación, como el no poder votar a su propia Bellea y el nombrar en cada voto qué foguera votaba y a qué Bellea lo hacía, el sistema no convenció a nadie, y el resultado fue un descomunal guirigay de pitos y «¡fuera, fuera!», que consiguió que autoridades y medios de comunicación se ausentasen inmediatamente, y que más de un presidente intentara retirar a su Bellea del escenario. Y todo fue debido a las mañas del presidente de la foguera que se hizo con el título, que prometió a gran cantidad de presidentes el intercambio de votos y, obviamente, no podía cumplir con todos. Como era de esperar, ese presidente se esfumó del Pabellón al poco de finalizada la votación. El nuevo sistema tampoco tenía validez.

1935. Representación de Les Fogueres de Sant Joan rumbo a Orán

Al año siguiente se hizo un nuevo intento, tan desafortunado como los anteriores. Esta vez sólo votaban los presidentes de las hogueras... Según decían, se llegaron a cotizar ¡hasta a 15.000 pesetas por papeleta! Esto, unido a las seis largas horas de espectáculo, y a que días antes de la Elección se había coreado por la ciudad el nombre de la chica que iba a ser elegida –¡y resultó serlo, además!–... ya se puede uno imaginar. Unas protestas que no se reprodujeron al año siguiente, tal vez porque éstas iban dirigidas a hacer dimitir a Jacinto Masanet, o tal vez porque su sucesor Raúl Baeza Muñoz tuvo el acierto de cambiar una vez más el sistema, haciendo que fueran las cinco chicas más votadas por los presidentes, las que a su vez se votaran entre sí para elegir la Bellea del Foc.

Con la llegada en 1985 de José Ángel Guirao Sánchez a la delegación artística, se recuperaba el glamour, la poesía y el alicantinismo que formulara en su día Tomás Valcárcel y, fuera o no por esa razón, la realidad es que vivimos una etapa de tranquilidad, no exenta de gran expectación, en cuanto a la Elección de la Bellesa del Foc se refiere, denominación que abordaré más adelante. Las elecciones discurrieron mucho más tranquilas a partir de la adopción del sistema mixto de votación: los presidentes realizaban una votación previa, puntuando de 5 a 1 a las cinco belleses que más les gustaban a sus comisiones, de la suma de estos puntos salía un grupo de las quince chicas más votadas, que pasaban a un segundo Jurado, nombrado por el presidente de la Comissió Gestora, que decidía qué cinco chicas ­siete a partir de 1999, al pasar a ser seis las Dames d'Honor eran elegidas, y quién de ellas era la nueva Bellesa del Foc.

Representantes de la Foguera de la calle Quiroga 1936

La época de Guirao, con un paréntesis de cinco años de continuos cambios de responsables de la Elección Ginés Pérez Beltrán, Javier Villacampa González, Néstor de Lara Correa, Carlos Pro Rodríguez, y de lugar de realización de la misma Institución Ferial Alicantina (IFA), Centro de Alta Tecnificación, culmina en 1998 en la Plaza de Toros, con un soberbio espectáculo titulado Mar de Foc, al que le vino muy apropiado el título por el gran chaparrón que a punto estuvo de echar al traste con el Festival de Elección, pero que, afortunadamente, pudo llevarse a cabo con dos horas de retraso, que no mitigaron lo más mínimo la grandiosidad del mismo.

Aun fallecido, el espíritu foguerer de José Ángel Guirao estuvo presente en la edición del Festival de Elección de la Bellesa del Foc de 1999, como uno más de su buen hacer. Nos dejó un testamento artístico, como presintiendo su desaparición, basado en el cual, sus íntimos colaboradores montaron el acto de título Luceros, que incluyó un homenaje a su memoria que puso en pie a toda la plaza.

7 de abril de 1940. Matilde Nadal Bolino, recién proclamada Bellesa del Foc

Y llegamos a una nueva etapa, donde el talento del delegado artístico de la Gestora de José Manuel Lledó Cortés, Manuel Jiménez Ortiz, dio un giro inesperado al Festival de Elección de la Bellesa del Foc, integrando el alicantinismo de Valcárcel y de Guirao con el puro espectáculo que nada tuvo que envidiar a los musicales de París, Londres o Nueva York, todo ello sazonado con la más multitudinaria participación de foguerers y barraquers que este acto haya conocido jamás, fórmula que ha pervivido a duras penas con el cambio de presidencia a Pedro Valera Bocero, y cuyo titular de la delegación artística, Enrique Torres Navarro, muy limitado por la crisis económica, apenas pudo acercar esos primeros actos de Elección de la recién denominada Federació de les Fogueres de Sant Joan, a esplendores anteriores.

La publicación de este artículo ha tenido lugar la víspera de la primera Elección de la Federació presidida, precisamente, por Manuel Jiménez Ortiz. Los antecedentes festeros de su delegada artística, Noelia Rondón Espinosa, hacen presagiar un gran espectáculo, de los que quedan en la retina. Las quinielas están hechas, y las candidatas, así denominadas desde que en 2003 dejaran de ser las belleses elegidas en su año las que optaran al título, para serlo al año siguiente, preparan sus trajes de gala y de novia alicantina para tratar de alcanzar el preciado título del fuego. El Jurado, nombrado en parte por la propia Federació, y en parte por la Asamblea General, convive ahora con las aspirantes al título en multitud de actos a lo largo del ejercicio, y es hoy el responsable último de la elección de las máximas representantes de la Fiesta.

22 de junio de 1940, en la Plaza de Toros de Alicante

El Título

En cuanto al título de nuestra máxima representante de la Fiesta, basándose en la revisión filológica de la palabra Bellea, se comenzó a utilizar la actual denominación Bellesa del Foc, que se va incorporando a nuestro léxico foguerer muy lentamente, si bien es perfectamente vigente la tradicional denominación Bellea del Foc, como ahora comprobaremos.

Comisión de la Foguera Benalúa 1940

Tal revisión se llevaba a cabo a primeros de los años ochenta, a fin de otorgar la máxima pureza a la utilización del valenciano en nuestra Fiesta. Así, San Chuan pasó a definitivamente a corregirse a Sant Joan, la castellanizada Comisión Gestora se convirtió en la correcta acepción oficial de entonces Comissió Gestora, hoy Federació, pero no cuajó el cambio propuesto de Bellea a Bellesa. Este fue el motivo por el que, a finales de esa misma década, la Comissió Gestora solicitara al Secretariat de Normalització Lingüística de la Universitat d'Alacant, un informe detallado sobre el uso de dicha palabra. El informe, firmado por su director Rafael Alemany i Ferrer, aclaró la coexistencia de ambas acepciones de uso en tres puntos aquí resumidos:
  1. La palabra bellesa, derivada de bell bonito, hermoso, guapo, era ya utilizada por nuestros primeros escritores valencianos, si bien coexistía con ­bellea­, pues era un fenómeno generalizado y que actualmente pervive en muchos lugares, transformar las palabras acabadas en -esa reduciéndolas a -ea.
  2. Se comprueba una y otra vez en los archivos históricos la presencia de ambas formas, si bien la adoptada como correcta por las autoridades lingüísticas ha sido la forma bellesa. Sin embargo, y como ocurre en todas las lenguas, usamos las palabras de forma diferente según la situación en que nos encontramos, pudiendo diferenciarse un modo coloquial y un modo formal de utilización de la lengua. Se trata de un comportamiento espontáneo e inconsciente y, en el caso que nos afecta, bellesa/bellea, podemos hacerlo extensible a todas las palabras valencianas que designan elementos de la Fiesta y que han penetrado en el castellano, como mascletà, despertà, plantà, cremà, banyà, etc. que provienen de formas acabadas en -ada, es decir: mascletada, despertada, cremada...
  3. En resumen, la palabra valenciana correcta sería bellesa, y en documentos y actos que precisen un uso formal de la lengua, habrá que utilizarla así. Pero en llibrets, artículos, circulares, noticias de prensa y otros escritos relacionados con Les Fogueres, se puede tolerar el uso de bellea como es tradicional y vivo en Alicante.
Hasta 2014 no se retomó este asunto. Vísperas de junio, mes foguerer, la Real Acadèmia de Cultura Valenciana [no la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL)], avalada por un informe, pretendía dar nueva validez al término Bellea del Fòc, incorporando además el vocablo fòc (calor y luz que se produce por la combustión de un cuerpo) para diferenciarlo de foc (foco, como punto de inicio o punto de luz), eliminando el término focus). Sin comentarios, con tal de diferenciarse del catalán cualquier cosa vale. El comunicado de la RACV fue el siguiente:
La Secció de Llengua i Lliteratura Valencianes de la Real Acadèmia de Cultura Valenciana, a solicitut de molts alacantins, ha emés un informe en el que es valora l'adequació de l'expressió Bellea del Fòc en els diferents registres de l'idioma valencià. Esta institució conclou que ni modes ni ideologies han de canviar la forma tradicional de Bellea del Fòc (i el seu plural, Bellees del Fòc), triada en 1932 per a donar nom a la màxima representant de la festa, i tan arrelada en terres alacantines des de llavors.  Les formes acabades en –ea, com bellea, són les hegemòniques en el valencià de totes les époques, i han vingut sent utilisades en normalitat pels nostres millors escritors. Per tant, són aptes per a un us normal en qualsevol registre de l'idioma, ya siga formal o coloquial. Per això, se solicita i recomana que, a tots els nivells de la festa, se mantinga inalterada la forma tradicional, alacantina i valenciana Bellea del Fòc, i no s’introduïxquen, en l’us oral o escrit del nostre idioma, formes noves poc o gens genuïnes.
Representantes de la Foguera Plaza del Puente 1948

En la actualidad, el Reglamento sobre los elementos de la Fiesta para las asociaciones federadas en la Federació de les Fogueres  de Sant Joan, en su capítulo III «De la representación protocolaria de la Fiesta de Les Fogueres de Sant Joan», artículo 8.º «Máximas representantes protocolarias», especifica: «Cada una de les Fogueres designarán una Bellesa y podrán designar un máximo de seis Dames d’Honor, que representarán a las mismas en la medida que cada Asociación considere, siendo sus máximas representantes protocolarias».

Mercedes Valero Teruel, proclamada Bellesa del Foc 1957

Bellea, Belleza, Reina, Bellesa, cuatro títulos para una figura imprescindible en nuestra Fiesta, con más de ochenta años de vida. Siendo el que escribe estas líneas delegado de Cultura de la Comissió Gestora, y para celebrar el que entonces era 70 Aniversari de la Bellesa del Foc, tuve el placer de dirigir y coordinar el Libro Oficial Fogueres '2002, con el título «70 Anys de Belleses. Vivències», y ¿qué mejores interlocutoras para su contenido que sus mismas protagonistas? Así que, a instancia mía, la entonces delegada de Bellezas de la Comissió Gestora les envió, recién iniciado el ejercicio, una carta de invitación a participar en ese proyecto, cuyo texto era el siguiente:
Apreciada Bellesa del Foc:
Como está siendo habitual en estos últimos años, la Comissió Gestora de les Fogueres de Sant Joan viene convocando y realizando una serie de actos dedicados a vosotras, las Belleses del Foc de años anteriores, en su deseo de mantener vivos nuestros lazos de amistad y nuestro reconocimiento hacia aquellas mujeres a quienes debemos su magnífica labor representando a les Fogueres de Sant Joan en su año de reinado.
En este mismo sentido, y con la efemérides que supone el que el próximo año 2002 se cumplan los setenta años desde que se creó esa figura, hoy tan irreemplazable en el mundo de la Fiesta, como es la Bellesa del Foc, la Comissió Gestora desea que la principal publicación que se edita cada ejercicio foguerer, el Libro Oficial
«Fogueres», esté dedicado este año única y exclusivamente a vosotras.
Nuestra idea es que ese Libro lo llenéis de vuestros recuerdos, de vuestras vivencias y de vuestras anécdotas. Es por ello, querida Bellesa del Foc, que te pedimos que abras el baúl de tus recuerdos foguerers y nos envíes bien por carta o por soporte informático o correo electrónico, aquellas vivencias que quedaron impresas en ti y que no te importe compartir con toda la familia festera. Si lo prefieres puedes venir aquí a tu casa, la sede de Gestora, o citarte con nosotros en otro lugar para contárnoslo. Del mismo modo nos gustaría que nos prestaras tu foto preferida de cuando fuiste el máximo exponente de Les Fogueres, y otra actual para que, cuando un foguerer o barraquer se cruce contigo por la calle, pueda saber
«esta mujer fue Bellesa del Foc», o pueda exclamar «¡¡adiós Bellea!!».
Esperamos pronto tus gratas noticias para que tu página de historia de Les Fogueres no quede vacía o incompleta.
Un fuerte abrazo.
Revista Oficial Fogueres'2002: «70 Anys de Belleses. Vivències»

Los resultados, emotivos y muy ilustrativos de cuanto aquí he relatado, son una invitación a su disfrute, hojeando las páginas del Fogueres '2002


2 comentarios:

  1. Anónimo1/6/14 12:44

    Sou uns dogmàtics genocides que voleu fer desaparéixer la llengua valenciana. És bellea, i punt. Si els valencianistes no conquistem el poder, ací la llengua valenciana li passarà com al llatí. Requiescat in pace.

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    1. Señor "Anónimo", con sus formas en su comentario se ha definido usted mismo. No voy a perder mi tiempo en una contestación que no merece.

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