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¿Existe el «Estilo Alicantino»?

Muchas han sido las veces que se me ha planteado esa pregunta, bien en el transcurso de una conversación, bien en un foro de opinión o debate, o bien en las redes sociales. Buena pregunta, siempre generadora de polémica, que, bajo mi punto de vista, dependiendo del enfoque que le demos, podría responder sí y no. Trataré de exponer mi percepción al respecto.

Desde los primeros compases de Les Fogueres de Sant Joan, los foguerers, dejando a un lado el incuestionable hecho de que fuera una fiesta importada de Valencia, a imagen y semejanza de Las Fallas, hemos querido diferenciarnos de ellas, como viene teniendo costumbre el menfotismo alicantino en cualquier aspecto que se nos presenta, y en la Fiesta del Fuego no iba a ser menos. Pero estéticamente hablando, en el arte efímero no hizo falta demasiados esfuerzos, porque tal diferenciación vino de forma natural. La Fiesta alicantina estaba fundamentalmente en manos de pintores y cartelistas, mientras la valenciana lo estaba básicamente en las de escultores, por lo que no era extraño que prevalecieran las superficies planas ampliamente decoradas con pinturas, frente a los grandes volúmenes y los buenos acabados.

Foguera Benito Pérez Galdós 1931. Gastón Castelló. «Estilo Alicantino».
Una muestra de la presencia del «Art Déco» en fogueres de los años 30.

La irrupción del arte gastoniano en los años 30, especialmente los de la II República Española, que tanto ha sido calificado con la tan traída y llevada etiqueta de «Estilo Alicantino», hay que analizarlo desde dos puntos de vista muy diferentes. Una cosa es que la poderosa atracción que ejercía el arte de Gastón Castelló en estos primeros compases de Les Fogueres, sentara cátedra y tendencia artística entre los artistas coetáneos, y otra que esa estética fuera un estilo propio de nuestra fiesta. El «Art Déco» no era patrimonio exclusivo de Gastón, era la directriz artística predominante, y, como tal, también tenía sus manifestaciones en los monumentos falleros de la época, no solo en los foguerers.

Joaquín Santo. Objetivo, minucioso... amigo

Artículo publicado en el llibret 2025 de la Foguera Avenida de Lóring-Estación

Pensar en Joaquín Santo Matas y en escribir sobre él se convierte en una curiosa paradoja. No me resulta fácil hacerlo acerca de mi relación con él porque no fue ni tan extensa ni tan intensa, pero a la vez, podría decir tantas y tantas cosas puesto que, a pesar de ello, marcó profundamente mi vida. Así que voy a aprovechar la oportunidad de hacerlo y lo voy a intentar transmitir en estas páginas dedicadas a él, se lo debo.

No recuerdo exactamente cuándo y dónde tuve la fortuna de saludarle por primera vez, pero enseguida me di cuenta de que era una de esas escasas personas de las que la sensación que percibes es de conocerla desde siempre. Había pasado ya su etapa de diputado en las Cortes Valencianas, y muy probablemente sería en el Archivo Municipal de Alicante, AMA, al que si no recuerdo mal estaba vinculado de algún modo, y yo aprovechaba cualquier hueco para investigar en lo que todavía ni yo mismo sabía que iba a ser mi primer libro, así que coincidía bastante con él.

Dado que en esa misma época, los primeros años dos mil, yo vivía inmerso en mi primera etapa en la Delegación de Cultura de la entonces Comissió Gestora de les Fogueres de Sant Joan, hoy Federació, tuve oportunidad de ofrecerle participar de jurado en el Certamen de Llibrets y en la Exposición del Ninot. Se percibían ya algunas de las muchas virtudes que acompañaban a Joaquín, su disponibilidad incondicional, su empatía, su objetividad y minuciosidad, las ganas de establecer lazos de amistad, ganas que me contagió, sintiéndome muy cómodo con él desde el primer día que le traté, tal como adelantaba antes, como si le conociera de mucho tiempo atrás. Más adelante, su participación en certámenes dirigidos por mí desde la Comissió Gestora se hizo bastante habitual, siempre sin pegas, accediendo a la primera y siendo uno más, aunque no podía evitar ser referencia a la hora de dar sus observaciones y opiniones, pues su solidez de criterio era sobradamente conocida.

El año 2003 ambos iniciábamos nueva etapa, yo en la Asesoría de Cultura de la Comissió Gestora, lo que me liberaba un poco para intensificar mi investigación, y Joaquín al frente del Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert. Cada vez que coincidía con él en el Archivo Municipal, en alguna de mis visitas al Instituto en las que aprovechaba para saludarle, pues siempre que estaba me recibía con agrado, o en alguno de sus actos culturales multitudinarios, pues su tirón era verdaderamente asombroso, siempre me preguntaba cómo iban mis investigaciones y me empezó a inculcar la posibilidad de darle forma de libro, cuando inicialmente solo iban a ser tres entregas de llibret para una de las comisiones de foguera más punteras en la época. Recuerdo en concreto una conferencia que dio en el Casino de Alicante, que tuve que escucharla de pie ya que estaba abarrotado el salón, algo habitual en las intervenciones culturales de Joaquín, algo que siempre me ha causado una mezcla de admiración y sana envidia.

Al final, cuajó la idea de darle forma de libro y, como no podía ser de otro modo, le ofrecí que me lo prologara, algo a lo que no solamente accedió, sino que para mi asombro me dio las gracias efusivamente. Una personalidad de la cultura alicantina dando las gracias a una persona que no había publicado más que artículos y organizado certámenes, sin más trascendencia que el ámbito festero y poco más.

Llegado 2009, yo ya estaba desvinculado de la Comissió Gestora, aunque obviamente me mantenía dentro del mundo de la Cultura, tanto en lo que concernía a Fogueres como también a mi otro tema, Nueva Tabarca, donde están mis raíces, algo que, por cierto, en cuanto Joaquín me conoció y supo mi apellido dio por hecho, no sin razón, interesándose también por mis actividades relacionadas con nuestro barrio insular. Pero ese año 2009 llegó también para Joaquín una dolorosa e injustificada destitución en su magnífica labor al frente de la entidad cultural de la Diputación Provincial que dirigía. Intereses personales, más que políticos, sin criterio ninguno y solo buscando trato de favor, que ya la prensa de entonces recogió no sin la contundencia que debiera, interrumpieron una labor impoluta que estaba enriqueciendo la cultura alicantina año a año. Siempre recordaré la conversación que mantuvimos, de nuevo en el Archivo Municipal, en la que empaticé con Joaquín y su indignación como nunca me había ocurrido con nadie, y sé que lo apreció y valoró. Joaquín a veces era tan transparente que hablaba hasta más de lo prudente, sin malicia pero con la objetividad que le caracterizaba, aunque en ese caso le afectara personal y profesionalmente a él. Y tuvo un detalle que no olvidaré, pues me dijo que eso no cambiaba su compromiso conmigo y con mi libro, teniendo incluso la iniciativa de, conjuntamente con la comisión de la foguera destinataria de esa trilogía origen del libro, cuya primera entrega también prologó, ayudar a buscar patrocinio para su publicación.


Mesa redonda: «Pasado, presente y futuro de la Isla de Tabarca»

Décimo Aniversario de la edición, en 2012, del número 60 de la revista Canelobre, dedicado a la isla alicantina y titulado TABARCA, UTOPÍA Y REALIDAD.
 
Calendario:
Viernes, 16 de septiembre de 2022
19:00 horas
 
Organiza:
Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert
(Casa Bardín, c/ San Fernando 44, Alicante)
 
Intervienen:
  • José Manuel Pérez Burgos. Jefatura Dpto. Patrimonio Integral, Servicio de Cultura. Jefatura Unidad de Tabarca, Servicio de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Alicante.
  • Felio Lozano Quijada. Biólogo marino. Coordinador del Cuerpo de Vigilancia de la Reserva Marina situada en la Isla de Tabarca.
  • Gregorio Canales Martínez. Catedrático de Geografía Humana de la UA. Coordinador Académico de la Cátedra «Arzobispo Loazes» de la UA en Orihuela.
  • Alfonso A. Ramos Esplá. Catedrático de Ciencias del Mar y Biología aplicada de la UA. Miembro del Instituto Universitario del Agua y de las Ciencias Ambientales.
  • Armando Parodi Arróniz. Investigador independiente de temas tabarquinos. Docente colaborador de la Sede Universitaria Ciudad de Alicante.
  • Antonio Ruso Castelló. Presidente Asociación Tabarca Cultural.
Web IAC Juan Gil-Albert:

 
Hemeroteca:
(Información, 27 de diciembre de 2022)

Conferencia online
"Fogueres en Tabarca: Una foguera, un 'remake' y una hermosa utopía"

Calendario:
Jueves 22 julio de 2021

Docente y coordinador:
Armando Parodi Arróniz

Organiza:
Sede Universitaria Ciudad de Alicante

Enlace PERMANENTE:
https://s.ua.es/1UIi

Presentación:
El contenido de la conferencia es poner en conocimiento el momento de la llegada de Les Fogueres a Nueva Tabarca, lo que aconteció por primera (y única vez de forma oficial) en 1965, muy documentada; el "remake" que, patrocinado por una marca de cervezas y la iniciativa de la Federació de Fogueres Especials, se llevó a cabo en 2009, que resultó muy mediático; y la utópica foguera del 50 Aniversario de aquella primera foguera (que celebraba también el 40 Aniversario del Hermanamiento con Carloforte), promovida por dos asociaciones culturales alicantinas, de contenido tan lúdico como cultural, y que se iba a llevar a cabo en 2015, así como las causas de la frustración del proyecto, pero que sigue tan vivo y viable como entonces. Es más, si no lo hubiera hecho imposible la pandemia, podría haber formado parte de la celebración en 2020 del 250 Aniversario de la llegada de los primeros tabarquinos a la isla.


 

Conferencia online
"Fogueres 1939.
La Fiesta renace de sus cenizas"

Calendario:
Jueves 20 mayo de 2021

Docente y coordinador:
Armando Parodi Arróniz

Organiza:
Sede Universitaria Ciudad de Alicante

Enlace permanente:
Fogueres 1939

Presentación:
Por segunda vez en su casi centenaria historia, Les Fogueres de Sant Joan se enfrentan a su renacimiento después de dos años de interrupción forzosa que, si bien la primera vez fue a causa de una guerra civil (1937 y 1938), esta segunda vez será tras una guerra contra el virus que nos ha llevado a sufrir esta pandemia (2020 y 2021).
Revivir la recuperación de la Fiesta en unas circunstancias tan límite como una posguerra, debería ser motivación más que suficiente como para dar por segura su reanudación tras una situación como la pandemia que estamos viviendo.

Hemeroteca:

Onda Cero Alicante, 19 de mayo de 2021:
Armando Parodi rememora cómo las Hogueras renacieron tras la interrupción que supuso la Guerra Civil

Onda Cero Alicante, "Más de Uno Alicante", 20 de mayo de 2021:
La historia de Les Fogueres de Sant Joan y el paralelismo de la sitiuación actual con los años 37 y 38, contada por Armando Parodi
Canal YouTube

Radio Alicante Cadena SER, "Hoy por Hoy Alicante", 20 de mayo de 2021:
Fogueres 1939: la fiesta renació de sus cenizas... y volverá a hacerlo
Canal YouTube

Diario Información, 21 de mayo de 2021:
Armando Parodi: «El renacer de las Hogueras será un éxito como en 1939»
(Al ser de acceso exclusivamente para suscriptores, se adjunta imagen íntegra de la entrevista)

La frustrada foguera de Tabarca del 50 Aniversario

El año 2015 hubiera sido un año de celebración, tanto desde el punto de vista lúdico como cultural, de dos relevantes efemérides tabarquinas. Dos acontecimientos en la vida insular alicantina, tales como el 50 Aniversario de la Foguera de Tabarca y el 40 Aniversario del Hermanamiento con Carloforte, quedaron en el tintero por falta de apoyo de las instituciones y de la administración municipal.

La celebración se prentendía llevar a cabo teniendo como punto central de la misma la plantà de una foguera inédita, de amplio contenido cultural y promocional del patrimonio tabarquino, en el centro neurálgico de Nueva Tabarca. Pero, antes de profundizar en ello, hagamos un pequeño resumen de lo acontecido cincuenta años atrás.

La Foguera de Tabarca 1965

Ya parecía vislumbrarlo, unos años antes, el escritor Miguel Signes Molinés, en un inspirado artículo que evidenciaba a todas luces la querencia que tenía por la isla, y lo hacía en la Revista Oficial de las Hogueras de San Juan 1962. Se hacía evidente que el autor ya estaba pergeñando la que sería su obra cumbre, su futura novela Tabarca (1976). Partiendo del avistamiento desde la isla de un castillo de fuegos artificiales el día de San Juan, Miguel Signes escribía un texto que, años más tarde, se convertiría en parte del capítulo XII de su novela, con el título «La noche de San Juan vista desde Tabarca».

Del hecho de que Nueva Tabarca fuera desde su creación un barrio más del municipio de Alicante, se deriva que tarde o temprano la fiesta del fuego llegara, como parecía premonizar Miguel Signes. Y así sucedió en el ejercicio foguerer 1964-65, por primer y único año de forma oficial. La bienvenida a la Fiesta, en palabras de Tomás Valcárcel Deza, entonces presidente de la Comisión Gestora de las Hogueras de San Juan, fue la siguiente: «saludamos con simpatía el nacimiento de la Hoguera de Tabarca, ese trozo de tierra alicantina que tanto auge viene adquiriendo en estos últimos tiempos».

La especial ubicación de este recién nacido distrito le hizo acreedor de una historia tan corta como cargada de anécdotas. La primera noticia que aparece en prensa lo hace en el Diario Información del 23 de marzo de 1965, con los titulares «Decidido: una hoguera más, la de Tabarca / Por primera vez en la historia de la Fiesta, la isla se convierte en distrito "fogueril" / Coste del monumento artístico: siete mil duros». El artículo incluía la fotografía del boceto del monumento a plantar en la isla, incluyendo el texto los componentes de la comisión del distrito, ya constituida, así como la temática de la foguera:
La Hoguera será una exaltación de la isla y de sus bellezas naturales, recogiendo, humorísticamente, diversos aspectos que se relacionan con sus costumbres y actividades, el pretendido servicio de transporte en un helicóptero desde la isla a la capital, la presencia de los turistas en la época veraniega, la pesca submarina.

El puerto romano de la Albufereta

Hace unos días, el azar me llevó a leer un pequeño artículo de EuropaPress, de hace apenas un par de años, en el que se afirmaba que las excavaciones en Lucentum, llevadas a cabo por el Museo Arqueológico de Alicante (MARQ) en el yacimiento del Tossal de Manises, junto a la alicantina playa de la Albufereta, indicaban que fue fundada por los cartaginenses en el siglo III a. C., a pesar de que lo que a todos nos suena es su importancia estratégica durante la dominación romana.

Lo que ocurre es que, a estas alturas y tras tanto titular de prensa, a uno le hace pensar si nos encontramos ante un nuevo secreto a voces, de tantos que se han ido publicando de tiempo en tiempo, como ahora veremos. De todas formas, ¿quién sabe?, igual es posible que esos recientes hallazgos arqueológicos en el Tossal de Manises, nos deparen, algún día, que nos encontramos, en realidad, ante la mítica Akra Leuké de las antiguas crónicas griegas. Pero, de momento, nos seguimos situando en el terreno de la historia-ficción.

Recreación virtual de la ubicación de Lucentum y su entorno

La cuestión es que me hizo recordar que, a raíz de la publicación el 25 de febrero de 2008, en el blog de la Asociación Cultural Alicante Vivo, a la que pertenezco, del magnífico artículo de Rubén Bodewig Belmonte titulado El yacimiento submarino de la Albufereta, me permití insertar un comentario en el que afirmaba que nunca entenderé que nos quieran «vender» en medios de comunicación determinados descubrimientos, cuando no son tales. Así, hacía referencia, por ejemplo, al bombo y platillo que le dieron al supuesto «hallazgo» del Torreón de San Francisco, cuando fue encontrado durante las obras de encauzamiento de las aguas pluviales en la Rambla y la Explanada, mientras estaba sobradamente descrita dicha torre en numerosos documentos históricos de Alicante sobre el antiguo recinto amurallado, así como el más reciente «descubrimiento» de la Puerta del Mar de nuestra ciudad, en obras de acondicionamiento de la calzada peatonal anexa a la Explanada de España. Bastaría consultar, por ejemplo y sin ir más lejos, en el libro de Pablo Rosser Limiñana titulado Nace una ciudad. Origen y evolución de las murallas de Alicante (Concejalía de Cultura, 1995).

Añadía, a continuación, en mi comentario, que ocurrió algo similar con el puerto romano de la Albufereta, cuando se afirmó en los medios de comunicación que se había descubierto sus restos durante las obras de encauzamiento del barranco del Juncaret. A este respecto, terminaba diciendo que guardo un pequeño libro en mi colección de documentos antiguos de Alicante, en el que Francisco Figueras Pacheco, autor del mismo, describía estos restos pormenorizadamente: El antiguo puerto interior de la Albufereta de Alicante. Descubrimiento y descripción (Gráficas Moscat, 1955).

El concepto de «ninots de carrer» en la primera etapa de Les Fogueres

Artículo publicado en la Revista Oficial Festa de Fogueres 2015

La figura de los ninots de carrer es tan antigua en Alicante como Les Fogueres de Sant Joan, no en vano han estado presentes desde los primeros compases de la Fiesta. Pero el concepto de los mismos ha variado con su evolución. Desde este punto de vista, unido a lo incompletos de los archivos documentales, escritos y gráficos que han llegado hasta nosotros, es difícil precisar y catalogar cuáles y cuántos ninots de carrer vieron las calles y plazas de nuestra ciudad.

Partiendo del actual concepto de ninots de carrer, con ciertas concesiones a la clasificación que de ellos se hace en función, fundamentalmente, de los archivos originales de Les Fogueres conservados en el Archivo Municipal de Alicante (AMA), sin lugar a dudas los más fidedignos a la hora de consultar los elementos históricos de la Fiesta, es posible realizar una semblanza de aquellos primeros plantados en nuestra ciudad, aunque en la documentación oficial atesorada no respondan a tal término.

Hoy entendemos como «ninots de carrer», en su acepción más completa, el ninot o grupo de ellos, confeccionados de forma artesanal por particulares, adultos o infantiles, colectivos vecinales, asociaciones, entidades, instituciones, o bien los propios artistas de fogueres, comisiones de fogueres y barraques, preferiblemente plantados e integrados en un entorno acorde a su intención o significado, con vestiduras reales o, en su defecto, realizadas en cartón, a modo tradicional, pudiendo estar acompañados de elementos que los complementen. Pero este concepto no estaba tan normalizado, ni muchísimo menos, en la primera etapa de Les Fogueres de Sant Joan, en concreto desde 1928 a 1936, que se pretende analizar a continuación, para lo que seguiremos el orden de los expedientes guardados en el AMA. Comprobaremos que la propia denominación de ninots de carrer no fue utilizada desde un principio, así como que algunos claramente identificables como tales no lo estuvieron, y nos permitiremos ciertas licencias a la hora de catalogarlos, atendiendo al mencionado concepto que actualmente tenemos de esta figura foguerera.

Podemos encontrar el primer ejemplo en los albores de la Fiesta, en el monumento que se plantó en su año fundacional 1928 en la mal denominada plaza de Roger, una calle asignada entonces al distrito de la plaza de Isabel II, actual de Gabriel Miró, tan cercana al Ayuntamiento que sería demolida en 1955 durante la reforma de la en esa fecha denominada plaza del 18 de Julio. La solicitud de plantà de la Foguera Plaza de Roger especifica «que ateniéndose a lo ordenado, acompaña el boceto [...] representando la clásica parada de melones».

Foguera Plaza de Roger 1928
El clasic melonero, de José Marced (AMA)

Aunque dicho boceto no se conserva, sí hay varias fotos del resultado de esta igualmente mal llamada foguera, fuera de concurso y probablemente de iniciativa particular, que sin duda parece más lo que hoy conocemos como un ninot de carrer. Hay publicaciones que le dan el lema El clasic melonero y la autoría a José Marced Furió.

La placidez de Nueva Tabarca

A primeros de abril de 1968, el escritor y periodista Antonio González Pomata, junto al fotógrafo de prensa Perfecto Arjones, ambos en las filas del Diario Información de Alicante, vivieron y convivieron durante dos días con sus habitantes la realidad de una isla de Tabarca que, si bien ya queda lejos de la Tabarca de hoy, no deja de ser reflejo de una época, contando con que, además, llevaban el encargo de sacar la «peor parte» de una isla todavía alejada del anhelado turismo, en el que tenían depositadas todas las esperanzas de supervivencia.

Diario Información, 2 de abril de 1968, p.12

Del mismo modo, en el Periódico Mediterráneo de Castellón, en octubre de 1975, se seguía hablando de una isla con graves problemas con el agua y la electricidad, con una creciente emigración de sus gentes, con ilusiones rotas y proyectos que no se convertían en realidad, pero que, paradójicamente, atrajo a visitantes famosos, e incluso llegó a ser objeto del deseo del magnate griego Aristóteles Onassis. El contenido del artículo, que calificaba a Tabarca como «una isla olvidada», era firmado por la periodista de la agencia Pyresa Gertrudis de Pablos.

Periódico Mediterráneo, 10 de octubre de 1975, p.16

Llegados los años 80, y de vuelta al principal diario de nuestra provincia, el panorama seguía siendo desalentador, y buena prueba de ello es el artículo firmado por Fernando Gil, con fotografías nuevamente de Perfecto Arjones, que viene recogido en las páginas del Diario Información en noviembre de 1981, y cuyo título habla por sí solo: «La isla abandonada». Aunque, bien es cierto, que el autor ya advertía: «He estado aquí docenas de veces, y siempre, en todo tiempo, he escuchado lo mismo: Tabarca no tiene salvación si sigue así, pero Tabarca puede ser salvada».

Diario Información, 7 de noviembre de 1981, p.6

Fue en la década de los 90, cuando se comenzaron a avistar en la prensa las primeras impresiones optimistas hacia la isla, precisamente de la mano del periodista Antonio González Pomata, que tan nefasta imagen se llevara décadas atrás. Fiel reflejo de este cambio de tendencia es el artículo que firmó en las páginas 6 y 7 del Diario Información del 17 de mayo de 1991:
Tabarca en primavera, plácida isla. Desde Santa Pola un buen servicio de canoas de recreo nos trasladan por 700 pesetas con derecho a retorno. Navegamos muy bien con el «Super Delfín Blanco». Las cinco millas de singladura se cubren en poco más de media hora permitiéndonos gozar de la panorámica —digamos turística— de Cap de l'Aljub (Santa Pola del Este y el cabo) desde el mar. Estos barcos son cómodos, rápidos y disponen de doble cubierta. Hay un detalle a señalar y es la escasa navegación que registran las aguas que median entre el Cabo de Santa Pola y la isla. ¿Saben la razón? Porque el estrecho tiene escollos y muy poco calado.

Diario Información, 17 de mayo de 1991, p.6
A Tabarca o isla de San Pedro hay que ir cómodos y «de chándal», y qué duda cabe que mejor en primavera que en verano por los agobios que reportan los «booms» del estiaje. La isla también es objetivo de buen número de yates y naves deportivas en sus salidas a la mar. De ahí que el ambiente marinero sea muy movido y colorista al estar Nueva Tabarca en la derrota de muchos navegantes desde Torre de la Horadada, Campoamor y Cabo Roig hasta Benidorm, Altea, y quizá allende los escarpados del Mascarat.

El pequeño puerto

De la Madonna dello Schiavo a la Virgen del Esclavo

Sirva este artículo, como un pequeño y póstumo homenaje
a Sara Montiel (María Antonia Abad Fernández, 1928-2013),
por su amor a Nueva Tabarca, y su contribución a que este
pedazo de tierra alicantina fuera más conocido, simplemente,
por su presencia en él.

Cuando un medio de comunicación comete errores en la información que publica, suele ser debido a que ésta no ha sido debidamente contrastada. Cuando ese mismo medio publica reiteradamente errores a la hora de informar determinada noticia, la causa puede no estar ya sólo en dicho medio, sino en la fuente que ha emitido la información, bien porque ésta no ha sido todo lo correcta que debiera, bien porque no ha salido al quite del primer error publicado para subsanarlo, o bien porque no ha sido lo suficientemente concisa, clara y completa como para que el medio haya interpretado la información correctamente.

Pero cuando son todos los medios de comunicación que emiten una noticia los que cometen los mismos errores, de forma reiterada o no, la causa está inequívocamente en las fuentes de dicha noticia. Y esto ocurrió en 2011, cuando se llevó a cabo la primera representación de La Virgen del Esclavo en Nueva Tabarca, lo que podría conllevar cierta disculpa por aquello de ser la primera vez, pero ha vuelto a ocurrir en 2012 y 2013 por segunda y tercera ocasión, lo que hace suponer que tiene vocación de perpetuarse en el tiempo. Y cuando se trata de la historia, de nuestra historia, connotaciones religiosas o legendarias aparte, la información ha de ser fidedigna y rigurosa, y debería además ser contrastada por los propios medios, a quienes igualmente hay que culpar, aunque en menor medida que a los promotores de la citada representación.


Es innegable que iniciativas como La Virgen del Esclavo están muy bien para reforzar el atractivo cultural y turístico de Nueva Tabarca, pero es imperdonable que sea a costa de importar historias foráneas, queriendo justificarse en un pasado remotamente común, cuando la propia historia de la isla es tan rica en sucesos y matices que no necesita ser reforzada por invenciones ni adaptaciones de leyendas marianistas de otras tierras. Tampoco es de recibo que la Diputación Provincial respalde y colabore con el evento, y no sea capaz de controlar la información que la entidad organizadora transmite a los medios.

Dada la afortunadamente extensa cobertura que los medios han dado a esta noticia, es imperdonable que se permita que en la prensa aparezcan afirmaciones e informaciones como estas:
...ha destacado la importancia de este evento, que pone en valor la historia y las tradiciones de un enclave tan importante para la provincia de Alicante como Tabarca y ha señalado que se trata de un evento cultural y lúdico-religioso que recrea los orígenes de la isla. (Información, 21 de agosto de 2012)

Se trata de una escenificación teatral que explica los orígenes de la población insular alicantina y la liberación de los esclavos tabarquinos por la supuesta intervención milagrosa de la citada Virgen.
(EuropaPress, 21 de agosto)

Ninots... Indultats?

Artículo publicado en el Llibret de la Foguera Passeig de Gómiz 2004

Un día como el de hoy, me viene a la memoria un artículo que escribí para el llibret de la Foguera Passeig de Gómiz correspondiente al ejercicio foguerer 2003-2004, que titulé del mismo modo que esta entrada del blog. Y es que hasta hace apenas unas semanas disfrutábamos de la Exposición del Ninot 2012, esa especie de anticipo del arte foguerer que en breves días hemos disfrutado en nuestras calles y plazas, ya que viene a ser como la chispa que enciende la mecha de Les Fogueres, que cierran hoy sus días grandes.

Pues bien, al admirar un año más esta muestra de nuestras Fiestas Oficiales, y verlos hoy arder haciendo bueno el típico tópico de «Arte Efímero», no puedo evitar que me venga a la cabeza esa frase que invariablemente suena en toda fiesta de fuego, se llamen Fogueres o Falles, en labios de sus visitantes: ¿Y todo esto lo queman ustedes? ¡Qué lástima!

Y ante tal expresión nosotros, los foguerers, sonreímos y nos llevamos los pulgares a la sisa del chaleco de nuestra flamante indumentaria festera, orgullosos de ese sublime gesto de quemar al cabo de breves días lo que tanto tiempo, trabajo y euros ha costado realizar.

Sin embargo, he aquí que, a fuerza de oír a los de fuera ponderar la belleza y dolor del sacrificio, llegamos a pensar también nosotros que acaso entre todo aquello hubiera algo digno de salvarse del fuego devastador... y surge la idea del indulto: aquel ninot que, por su gracia y figura, su calidad artística, su relativa perfección en definitiva, consiguiera destacar de sus congéneres, sería indultado de las llamas. Y está muy bien, pues en toda modalidad artística hay un minoría selecta de obras que sobresalen de lo común, de lo habitual, de lo tópico, y se rescatan y exponen en lugares apropiados donde sean debidamente conservadas y protegidas, y en los que todos puedan admirarlas. Y nuestra Fiesta, que aunque efímero por su naturaleza, es arte, no podía ser una excepción... y así surge la figura del «Ninot Indultat», y su lugar lógico para ser cuidado, resguardado y expuesto: el Museu de Fogueres.

Ninots Indultats en las salas del Museu de Fogueres
(fotos: Web Oficial de Les Fogueres de Sant Joan)